Aclaración

Este blog es parte de un proyecto de la Universidad Autónoma Metropolitana. Todo lo escrito aquí es creación total del autor y cualquier parecido a la realidad es mera coincidencia.

domingo, 5 de febrero de 2012

Otro mugroso viernes

¡No! Otro viernes arruinado. Esta vez no fue una pelea contra mandriles. No. Esta vez tuve que ir al infierno, a una zona cero. Un lugar lleno de enfermedades, no, no fue la cafetería de la escuela. Tampoco el Metro. Mucho menos un tianguis de Iztapalapa. Una clínica, sí, una clínica. Lo peor es que yo no estaba enfermo. No me sentía mal. Solo iba a recoger medicamentos.

Después de pasar a recepción para pedir cita fui al área de espera.  Me senté, chequé mis documentos. Justo en ese momento pasó a mi lado el señor más nalgón del mundo. Parecía que cargaba dos borregos en sus petacas. Dos borregos sin trasquilar. Se sentó enfrente de mi. Su abultado cuerpo ocupaba tres asientos, jamás había visto algo parecido.

Seguía impresionado de lo que había visto, pero poco a poco me relajé. Hasta que una señora me pregunto "Hijo, ¿sabes donde está el consultorio 7?" No-respondí- No pensé respuesta, solo pude ver la verruga más horrorosa de mi vida, era negra, grande y con tres pelos. Uno de los pelos era blanco. Además, creo, le estaba creciendo otra verruga que tenía sus propios tres pelos.

Dos personas, nada fuera de lo común pero me habían impresionado. Al parecer soy muy impresionable. Eso me gusta. Ser así me hace muy sensible a los cambios. En fin, mi estancia en la clínica no había terminado. Apenas había pasado el calentamiento.

En la clínica hay una sección de urgencias, la mayoría de las veces atiende a gente desmayada o con pequeñas cortadas, a lo mucho un buen golpe. Pero esta vez llegó un trabajador herido. Por lo que escuché una máquina le había aplastado la pierna. Solo vi que llegó en una camilla, y unos segundos después llegó su pierna. Obviamente no caminando, la cargaban unos guardias.

El día empezó a ser malo, como dije soy muy impresionable y ver eso me dejó frío y sin aliento. Deseé haber besado la verruga en lugar de ver al trabajador sin pierna. Deseé que el señor nalgón pasara junto a mi todo el día en lugar de haber visto la pierna.

Y así es como se arruina un viernes. Mugroso día. Ese día planeaba salir con una nueva amiga, empezar a lanzar mis garras. Divertirme con ella. Pero después de lo que pasó tuve que cancelar todo. Tal vez ella pudo arreglar mi día, aunque seguramente yo se lo habría arruinado con mi historia.

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