Aclaración

Este blog es parte de un proyecto de la Universidad Autónoma Metropolitana. Todo lo escrito aquí es creación total del autor y cualquier parecido a la realidad es mera coincidencia.

sábado, 28 de enero de 2012

Preludio de mi pelea contra unos mandriles

Primera vez que escribo para ti. Primer día que dejaré de guardar mis pensamientos. Hoy los compartiré contigo. Tú, mi nuevo mundo.


Jamás había escrito para algo inanimado, un Diario íntimo, pero dejemos de discutir. Te contaré lo que pasó.


Viernes, un día de felicidad y relajación para casi todos los estudiantes, excepto a los que nos toca trabajar al salir de la escuela. Aún cuando no me relajo, disfruto mi trabajo, que se trata de repartir mercancía por la ciudad. La mayoría de lugares que visito son pequeñas empresas, pero a veces tengo la fortuna de ir a negocios gigantescos como Voguish Corp.. Esta vez me tocó ir a Voguish Corp., está ubicada en el centro de la Ciudad de México, en la calle de República del Salvador. 


Llegué al estacionamiento que se encuentra al lado del edificio de VM. Dejé mi auto encargado al tipejo encargado de estacionarlo. Le dije que la manija exterior de la puerta no servía y debía usar la manija de adentro para abrirla. Después  me dirigí hacia los encargados de la seguridad de la tienda para avisarles que tenía material para entregar al Departamento de Compras, y dijeron "¡Claro! Pasa con los chicos del estacionamiento para que te presten el elevador y puedas subir tu auto al nivel 3".


Fui con los "chicos del estacionamiento" para avisarles sobre el elevador. Ellos ya habían estacionado mi coche. Inmediatamente después de avisarles que me prestaran el elevador trajeron el coche, y justo cuando me iba a entregar las llaves cerró la puerta con tanta fuerza que rompió la parte plástica de la misma. Le reclamé por haber roto mi coche y el respondió "Yo no lo hice" y le dije "Claro que sí, te acabo de ver", la discusión duró algunos minutos hasta que dos de sus mugrosos amigos llegaron a intimidarme.  


No lo lograron, ni con todos sus insultos. Me retaron a una pelea callejera, tres contra uno. Ellos, unos enanitos de no más de 1.60 metros de altura se atrevieron a retarme, un karateca cinta negra, de más de 1.80 metros de altura que fue entrenado por meses en montañas. Obviamente lo dudé por un momento, pero no lo rechacé. Tomé mi celular para avisar a mis jefes que tardaría un poco en entregar los pedidos que me faltaban.

Me quité la chamarra y todo empezó.

2 comentarios:

  1. Hola Diego,

    Lamento mucho lo que tuviste que vivir en el estacionamiento (ajeno a Steren) ubicado a lado de nuestra tienda.

    Cualquier cosa, estamos a tus órdenes en webmaster@steren.com.mx o 01 800 500 9000.

    Saludos,

    Steren México.

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